
El sector de la infraestructura de carga para vehículos eléctricos (VE) en Tailandia se encuentra en un momento crucial, impulsado por ambiciosas políticas nacionales orientadas a la transición hacia la movilidad sostenible. A mediados de 2025, el país había superado los objetivos iniciales de despliegue de estaciones de carga, con más de 3700 estaciones operativas; sin embargo, persisten importantes deficiencias en la cobertura y la integración a la red. Las iniciativas gubernamentales, como la Política VE 3.5 y los subsidios del Plan de Desarrollo Energético (PDP) 2025-2037, ofrecen fuertes incentivos para la inversión, proyectando una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) de aproximadamente el 5 % en el mercado general de VE hasta 2028. Abundan las oportunidades en las alianzas público-privadas y la integración de energías renovables, con el potencial de generar un valor de mercado de 1300 millones de dólares para 2028. No obstante, desafíos como la sobrecarga de la red, la viabilidad financiera de las operaciones de carga y las disparidades urbano-rurales podrían obstaculizar el progreso si no se abordan mediante reformas específicas. Este análisis extrae información de los marcos regulatorios y los datos de mercado para delinear estrategias para las partes interesadas en la industria de las estaciones de carga.
La búsqueda de Tailandia por alcanzar la neutralidad de carbono para 2050 y las cero emisiones netas para 2065 posiciona al sector de los vehículos eléctricos como un pilar fundamental de su transición energética. La infraestructura de recarga, o «puntos de recarga», es un factor clave para la adopción de vehículos eléctricos, influyendo en aspectos que van desde la confianza del consumidor hasta la competitividad industrial. Este informe analiza el mercado de recarga de vehículos eléctricos en Tailandia desde la perspectiva de las políticas nacionales, su estado de desarrollo actual, las oportunidades y los desafíos. Basándose en informes gubernamentales como el Plan de Desarrollo del Sector Eléctrico 2025-2037, los incentivos de la Junta de Inversiones (BOI) y evaluaciones internacionales como el Informe Global sobre Vehículos Eléctricos 2025 de la AIE, ofrece información valiosa sobre cómo la evolución regulatoria y la dinámica del mercado están configurando el sector. Para mediados de 2025, se estima que el mercado de vehículos eléctricos de Tailandia estará valorado en aproximadamente 5100 millones de dólares estadounidenses, y la infraestructura de recarga desempeñará un papel fundamental para sostener el crecimiento en un contexto de competencia regional.
Las políticas de recarga de vehículos eléctricos de Tailandia reflejan una combinación estratégica de estímulo a la demanda e incentivos a la oferta, enmarcadas en contextos energéticos e industriales más amplios. La Política EV 3.5, vigente desde 2025, amplía las medidas anteriores al ofrecer flexibilidad en los requisitos de producción para los fabricantes, haciendo hincapié en las exportaciones para consolidar el liderazgo regional. Esta política ajusta las subvenciones para priorizar el ensamblaje local, con objetivos de exportación que aumentan de 12.500 unidades de vehículos eléctricos en 2025 a 52.000 en 2026, impulsando indirectamente la demanda de redes de recarga nacionales para apoyar las pruebas y la logística.
Fundamental para el desarrollo de la infraestructura es la Política Nacional de Vehículos Eléctricos 2021, que integra los objetivos de carga en el Plan de Desarrollo de Energías Alternativas (EDEA). Entre las regulaciones clave se incluyen la extensión de las tarifas eléctricas de baja prioridad para los cargadores públicos hasta 2025, lo que permite operaciones competitivas en costos, y la medición independiente para los cargadores domésticos con tarifas de tiempo de uso (TOU) fuera de las horas pico. La Junta de Inversiones (BOI) incentiva aún más las inversiones en estaciones de carga con 40 o más cargadores (incluidos al menos 10 cargadores de CC) mediante exenciones del impuesto sobre la renta corporativa durante cinco años, reconociendo la alta inversión de capital que requiere su implementación.
El Plan de Desarrollo de Energía 2025-2037 marca un cambio hacia la integración de energías renovables, con el objetivo de alcanzar el 51% de energía renovable en la generación de electricidad para 2037, lo que apoya indirectamente la carga de vehículos eléctricos al mejorar la resiliencia de la red. Los datos de estos marcos revelan una maduración de las políticas: los incentivos iniciales se centraban en subsidios para vehículos (por ejemplo, 12 mil millones de baht para 100.000 vehículos eléctricos), pero las revisiones recientes hacen hincapié en la infraestructura para abordar los obstáculos a la adopción. Sin embargo, persiste la fragmentación regulatoria. —que abarca el Ministerio de Energía, la Junta de Inversiones y el Departamento de Impuestos Especiales —Esto plantea riesgos de retrasos en la implementación, lo que subraya la necesidad de una ley unificada de infraestructura para vehículos eléctricos que agilice las aprobaciones y los estándares.
Para marzo de 2025, Tailandia contaba con 3720 estaciones de carga y 11 622 cargadores, superando ampliamente los objetivos de la Política Nacional de Vehículos Eléctricos para 2025. Esta rápida expansión, con un aumento del 306 % interanual en 2023, refleja las ambiciosas inversiones público-privadas, especialmente en centros urbanos como Bangkok. La adopción de vehículos eléctricos ha ido de la mano de este crecimiento, alcanzando una cuota de mercado del 13 % en 2025, si bien las ventas cayeron un 10 % debido a la desaceleración generalizada del sector automovilístico. Las proyecciones indican una recuperación, con un potencial aumento de las ventas de vehículos eléctricos del 40 % en 2025, impulsado por la nueva capacidad de producción de 14 fabricantes, que suma entre 400 000 y 600 000 unidades.
La segmentación del mercado muestra un predominio de los cargadores de CA (más del 60%), idóneos para uso residencial y laboral, mientras que los cargadores rápidos de CC se están expandiendo para dar soporte a las autopistas. Los datos de Statista y los informes de la AIE destacan una distribución desigual: el 70% de la infraestructura se concentra en áreas metropolitanas, dejando a las regiones rurales desatendidas. La salud financiera del sector está mejorando, con ingresos proyectados que alcanzarán los 5.100 millones de dólares en 2025, pero las tasas de utilización promedian por debajo del 30%, lo que indica sobrecapacidad en algunos segmentos. En general, la madurez del mercado se evidencia en su avance más rápido que los objetivos políticos, aunque presenta deficiencias en los estándares de interoperabilidad, donde la fragmentación de los ecosistemas de operadores dificulta una experiencia de usuario fluida.
El mercado de recarga de vehículos eléctricos en Tailandia presenta oportunidades multifacéticas, en particular para ampliar la infraestructura y alcanzar la penetración proyectada del 30 % en vehículos eléctricos para 2030. Los incentivos impulsados por políticas, como las exenciones fiscales de la Junta de Inversiones (BOI), facilitan la entrada de inversores extranjeros a las estaciones de recarga rápida (ERR), con marcos de ubicación estratégica que identifican zonas de alta demanda, como las rutas interurbanas. La integración con energías renovables en el marco del Plan de Desarrollo de Energía 2025-2037 ofrece una gran oportunidad: los centros de recarga con energía solar podrían reducir los costos operativos entre un 20 % y un 30 %, en consonancia con el objetivo de Tailandia del 51 % de energías renovables y atrayendo capital con enfoque en criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).
Las alianzas público-privadas (APP) se perfilan como un motor clave, ejemplificado por las colaboraciones que expanden las redes a 5000 estaciones para 2028, movilizando 22 millones de dólares en fondos gubernamentales entre 2021 y 2025. Las políticas orientadas a la exportación en el marco de EV 3.5 posicionan a Tailandia como un centro neurálgico de la ASEAN, abriendo vías para la exportación de tecnología de carga a países vecinos como Indonesia. Los análisis sugieren que las innovaciones digitales —tales como el roaming basado en aplicaciones y los sistemas de respuesta a la demanda —podría mejorar la utilización, convirtiendo activos subutilizados en flujos de ingresos en medio de una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) proyectada del 5,06% hasta 2028.
A pesar de los avances, el mercado de recarga de vehículos eléctricos en Tailandia enfrenta obstáculos estructurales que podrían limitar su crecimiento si no se abordan. La infraestructura insuficiente sigue siendo la principal barrera, lo que genera ansiedad por la autonomía y retrasa la adopción masiva, con tan solo 11 622 cargadores para una flota de vehículos eléctricos que supera las 100 000 unidades. Los análisis de viabilidad financiera revelan bajos retornos de inversión para las estaciones independientes, situación que se agrava por la fluctuación de los precios de la electricidad tras la extensión de las tarifas en 2025.
Las limitaciones de la red eléctrica representan un riesgo sistémico: la infraestructura obsoleta de Tailandia tiene dificultades para soportar la demanda de vehículos eléctricos, lo que podría provocar apagones en zonas de alta densidad si no se implementan las mejoras exigidas por el Plan de Desarrollo de la Red (PDP). Los desafíos regulatorios, como la falta de claridad en los estándares de interoperabilidad de los cargadores y las disparidades entre zonas urbanas y rurales, agravan esta situación, con una cobertura rural inferior al 20 % de la urbana. La intensa competencia de los fabricantes chinos intensifica la guerra de precios, presionando a los operadores locales para que reduzcan sus costos. En resumen, estos desafíos evidencian un desajuste entre las políticas y el mercado, donde los objetivos ambiciosos superan la capacidad de ejecución, lo que exige reformas como las evaluaciones de impacto en la red obligatorias para las nuevas estaciones.
La infraestructura de recarga de vehículos eléctricos en Tailandia está preparada para un crecimiento transformador, impulsado por políticas visionarias y un mercado en auge. Superar con antelación los objetivos de 2025 demuestra la eficacia de las políticas, pero es fundamental cerrar las brechas en la cobertura y la resiliencia de la red para mantener el impulso hacia las metas de 2030. Las oportunidades en la integración de energías renovables y las alianzas público-privadas ofrecen una alta rentabilidad para los actores ágiles, mientras que los desafíos exigen soluciones colaborativas, como regulaciones estandarizadas y despliegues rurales subvencionados.
Para las partes interesadas de la industria, incluidos líderes mundiales como Anari Energy ( www.anariev.com Este panorama implica una entrada estratégica mediante transferencias de tecnología y fabricación local para aprovechar los incentivos de la Junta de Inversiones (BOI). En última instancia, el éxito de Tailandia depende de evolucionar de un crecimiento impulsado por incentivos a un ecosistema autosostenible, posicionándola como la potencia de vehículos eléctricos del sudeste asiático.




