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1. Resumen ejecutivo
La industria de estaciones de carga en Centroamérica y el Caribe está en sus inicios, con una adopción desigual de vehículos eléctricos (VE) y deficiencias significativas en la infraestructura. Costa Rica lidera con miles de VE y leyes favorables; otros países se encuentran en etapas piloto o cuentan con marcos normativos limitados. El crecimiento del parque automotor en América Latina y el Caribe casi se triplicó en 2025, sin embargo, solo el 8% de la infraestructura de carga pública existe fuera de Brasil, México y Chile. Esta disparidad representa una gran oportunidad.
—pero también desafíos
—en la ampliación de las redes de carga.
Para los actores del sector B2B (instaladores, operadores y distribuidores), el éxito radica en sortear políticas fragmentadas, barreras de financiación y un escaso conocimiento público, aprovechando al mismo tiempo el impulso inicial, las sinergias de las energías renovables y las colaboraciones emergentes con fabricantes de equipos originales (OEM). Este informe analiza estas dimensiones y ofrece información clara y práctica para el posicionamiento estratégico.
2. Contexto regional y marcos políticos
2.1 América Central: Panorama de las políticas a nivel nacional
- Costa Rica
Lidera con la ley de incentivos a la movilidad eléctrica de 2018 y una ambición medioambiental de larga data.
—incluyendo la neutralidad de carbono y la dependencia de energías renovables
—impulsar la adopción de vehículos eléctricos y la expansión de la red de carga.
- El Salvador
En mayo de 2021 se pusieron en marcha incentivos para los vehículos eléctricos, que ofrecían exenciones de aranceles de importación e IVA, junto con marcos legales para promover el despliegue de puntos de recarga públicos.
- Panamá
ha elaborado una estrategia nacional integral de movilidad eléctrica, aunque los detalles sobre su implementación siguen siendo limitados.
- Guatemala
está debatiendo la legislación sobre vehículos eléctricos dentro de marcos más amplios de incentivos a la inversión y a las energías renovables.
—incluyendo subastas de energías renovables y exenciones fiscales
—aunque las políticas de infraestructura específicas para vehículos eléctricos están en sus inicios.
- Honduras
Cuenta con incentivos para las energías renovables, pero carece de una infraestructura clara para los vehículos eléctricos o de una política de movilidad definida.
- Nicaragua
Cuenta con pasos iniciales (grupo de trabajo), pero carece de estrategias concretas de infraestructura para vehículos eléctricos.
Conclusión clave
La madurez de las políticas varía significativamente.
—Costa Rica y El Salvador han comenzado a implementar marcos de trabajo similares; otros están surgiendo o están poco desarrollados.
2.2 Caribe: Enfoques emergentes y fragmentados
En el Caribe, las políticas sobre vehículos eléctricos y recarga están muy fragmentadas. Muchas islas carecen de incentivos formales o planificación. La orientación hacia los vehículos importados, junto con los elevados aranceles de importación y las limitaciones logísticas, dificulta la expansión de los vehículos eléctricos y la infraestructura. El informe Perspectivas del Sector Automotriz del Caribe y Centroamérica (2025-2030) destaca la penetración de los vehículos eléctricos de pasajeros y la infraestructura impulsada por modelos de concesionarios digitales, la entrada de fabricantes de equipos originales (OEM) y las alianzas público-privadas.
3. Dinámica del desarrollo del mercado
3.1 Crecimiento de la flota de vehículos eléctricos frente al despliegue de infraestructura de carga
En América Latina y el Caribe se ha producido un crecimiento explosivo del parque automotor: de 249.000 unidades a mediados de 2025 a 444.000 en diciembre de 2025 (un aumento del 78% en seis meses, casi triplicándose en un año). Sin embargo, la infraestructura de carga sigue estando concentrada: el 92% de los cargadores públicos se encuentran en Brasil, México y Chile; los 24 países restantes se distribuyen en otros países.
—incluyendo toda América Central y la mayoría de las naciones caribeñas
—comparten solo el 8%.
3.2 Tamaño del mercado y previsiones
- En América Latina, los ingresos del mercado de estaciones de carga para vehículos eléctricos fueron de USD 203,6 millones en 2025, y se proyecta que crecerán a una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 20,7% entre 2025 y 2030, alcanzando los USD 626 millones para 2030. El segmento de "cargadores rápidos" crecerá más rápidamente, mientras que los cargadores lentos seguirán siendo los que más contribuyen a los ingresos.
- Otra previsión estimaba que el mercado alcanzaría los 169,8 millones de dólares en 2023, cifra que ascendería a 634,5 millones de dólares en 2030.
—Nuevamente, una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) de aproximadamente el 20,7%.
- Otro informe valora la carga de vehículos eléctricos en América Latina en 225,9 millones de dólares en 2023, con una proyección de 1.125 millones de dólares para 2030 (TCAC del 26,4%).
—y destaca la conectividad V2G e IoT, y el despliegue de infraestructura de carga rápida a través de la cooperación entre fabricantes de equipos originales (OEM) y público-privada.
Síntesis
Las previsiones apuntan a una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) de entre el 15% y el 25%, con una expansión acumulada del mercado de entre 3 y 5 veces en menos de una década. Centroamérica y el Caribe, aunque actualmente son un mercado pequeño, presentan un potencial de crecimiento desproporcionado en comparación con la situación de referencia.
4. Segmentación y necesidades de los clientes
4.1 Instaladores y operadores
Se trata de contratistas locales, empresas de infraestructura para vehículos eléctricos y compañías de servicios públicos responsables del despliegue y la gestión de los equipos de carga. Necesidades clave:
- Claridad regulatoria
: normas de instalación, procesos de autorización, reglas de interconexión.
- Desarrollo de capacidades técnicas
: formación en nuevas tecnologías (carga rápida, V2G, IoT).
- Financiación y previsión de la demanda
: reducir los riesgos de los proyectos y mejorar las proyecciones de retorno de la inversión.
4.2 Distribuidores y alianzas con fabricantes de equipos originales (OEM)
Esto incluye proveedores de hardware, fabricantes y socios del ecosistema alineados con los OEM. Las necesidades incluyen:
- acceso a la cadena de suministro
: redes de distribución locales, optimización de importaciones/aranceles.
- Localización
: adaptación a las limitaciones de la red local, los estándares de voltaje y las condiciones climáticas.
- modelos de asociación
: con gobiernos, empresas de servicios públicos o promotores comerciales.
4.3 Segmentos de usuarios finales: Flotas, Comercial, Residencial
- Operadores de flotas
(por ejemplo, logística, autobuses): requieren alto rendimiento, carga confiable, soluciones rápidas/nocturnas y gestión integrada de la energía.
- Operadores comerciales
(por ejemplo, centros comerciales, hoteles): buscan atraer clientes y proyectar una imagen de marca ecológica, necesitando soluciones llave en mano, sistemas de facturación y mantenimiento.
- Clientes residenciales y de pequeñas empresas
: Buscamos opciones de carga doméstica asequibles, sencillas e interoperables, respaldadas por financiación o subvenciones.
5. Puntos críticos de dolor
5.1 Brechas regulatorias y de incentivos
- panorama político fragmentado
Muchos países carecen de una legislación coherente sobre vehículos eléctricos o infraestructura de recarga; Costa Rica y El Salvador son excepciones.
- Aranceles a la importación y falta de incentivos
Los altos impuestos desincentivan la importación de vehículos eléctricos y equipos de recarga; pocos países ofrecen exenciones fiscales o incentivos financieros.
5.2 Desafíos de infraestructura y despliegue
- Baja densidad de estaciones de carga
América Central y el Caribe comparten solo una pequeña fracción de la infraestructura regional.
- Altos costos de capital para la carga rápida
La carga financiera que supone el despliegue de la carga de alta velocidad es un factor disuasorio.
- Cuestiones de coordinación interinstitucional y regulatoria
La coordinación entre las autoridades nacionales, regionales y locales es débil, lo que retrasa el despliegue.
5.3 Barreras del lado de la demanda
- Concienciación y aceptación pública
: escasa familiaridad con los vehículos eléctricos, ansiedad por la autonomía, barreras económicas percibidas.
- Disponibilidad limitada del modelo
Pocos concesionarios ofrecen vehículos eléctricos, lo que limita las opciones y su adopción.
- Percepción de falta de practicidad en las zonas rurales
La escasa infraestructura socava la confianza en la viabilidad de los vehículos eléctricos.
6. Oportunidades e imperativos estratégicos
6.1 Facilitación de políticas y cooperación público-privada
- Colaborar con los gobiernos para apoyar la elaboración de políticas.
—Por ejemplo, definir estándares para la infraestructura de vehículos eléctricos, simplificar los permisos, los incentivos fiscales o las exenciones arancelarias, como se ha visto en El Salvador y Costa Rica.
- Proyectos piloto de carga pública en colaboración con empresas de servicios públicos y partes interesadas comerciales; estos pueden servir como demostración y reducir el riesgo de la ampliación a gran escala.
- Apoyar a los organismos multilaterales y a las agencias de financiación climática (por ejemplo, las subastas de energía y las leyes de incentivos para las energías renovables en Guatemala) para que incluyan la carga de vehículos eléctricos en las licitaciones de energías renovables.
6.2 Viabilidad financiera y modelos de negocio innovadores
- Explore la movilidad como servicio (MaaS) y el acceso a la carga mediante suscripción para flotas y empresas.
- Utilizar modelos híbridos público-privados, compartiendo los costos iniciales y los ingresos entre operadores, propietarios y fabricantes de equipos originales (OEM).
—Aprovechar la financiación digital, como se señala en las previsiones del sector automovilístico.
- Promover la carga habilitada para V2G e IoT, agregando valor a través de la flexibilidad energética y la gestión remota; una tendencia emergente en la región.
6.3 Alineación de tecnología y estándares
- Priorizar la combinación de cargadores lentos y rápidos, adaptando su implementación a los patrones de uso locales; los cargadores lentos son actualmente el segmento más grande, mientras que los rápidos son el de mayor crecimiento.
- Estandarizar los tipos de conectores de uso común, permitiendo la interoperabilidad.
—ej., CCS, Tipo 2, estándares heredados adaptables.
- Invertir en la capacitación de instaladores y proveedores de servicios en mantenimiento de equipos, integración a la red y carga inteligente.
6.4 Educación, Concienciación y Aceptación
- Desarrollar campañas de educación para las partes interesadas
—Aclarar el ahorro de costes, los beneficios medioambientales y la seguridad de los vehículos eléctricos y la infraestructura de carga.
- Colaborar con compradores y gestores de flotas, mostrando las ventajas del coste total de propiedad (TCO) e integrando casos piloto.
- Promover la adopción de puntos de recarga privados mediante reembolsos o soluciones combinadas, en consonancia con lo que Uruguay y otros países están haciendo para la recarga doméstica.
7. Conclusión y perspectiva estratégica
Las regiones de Centroamérica y el Caribe se encuentran en un momento crucial. La adopción de vehículos eléctricos se está acelerando, pero la infraestructura de carga se está quedando rezagada.
—Esto crea una clara oportunidad para los pioneros estratégicos. Para los socios B2B de Anari Energy:
- Defensa y asistencia en materia de políticas
pueden configurar entornos propicios.
- Modelos de negocio y financiación flexibles
, incluidas las asociaciones público-privadas y la integración de V2G/IoT, pueden impulsar proyectos.
- Liderazgo técnico
En materia de estándares, interoperabilidad y formación de instaladores, esto constituirá un factor diferenciador competitivo.
- Educación de mercado y participación de las partes interesadas
será esencial para fomentar la demanda.
En definitiva, la matriz energética de la región, rica en energías renovables, sus prioridades climáticas y el creciente impulso de los vehículos eléctricos ofrecen un terreno fértil. Un enfoque disciplinado y participativo.
—Combinando experiencia técnica, orientación política e innovación en modelos de negocio
—puede posicionar a las empresas para liderar el despliegue de infraestructura de carga y catalizar un ecosistema de movilidad sostenible.