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Crecimiento de los vehículos eléctricos en el Reino Unido: tendencias, impulsores y perspectivas de futuro

EV Growth in the UK Trends, Drivers and What Lies Ahead

Introducción: El punto de inflexión eléctrico del Reino Unido

El mercado de vehículos eléctricos en el Reino Unido está creciendo a un ritmo extraordinario. A septiembre de 2025, más de 1,7 millones de coches totalmente eléctricos circulaban por las carreteras británicas, lo que representa casi el cinco por ciento del parque automovilístico total. En lo que va de año, se han matriculado alrededor de 349.000 vehículos eléctricos nuevos, lo que supone más de uno de cada cinco coches nuevos vendidos. Según datos nacionales recientes, el Reino Unido se sitúa ahora entre los principales mercados europeos en cuanto a preparación para la electrificación, lo que supone una de las mayores mejoras interanuales a nivel mundial.

Este rápido crecimiento se ha visto respaldado por la expansión de una infraestructura de recarga fiable en todo el país. Especialistas como Electrasura han desempeñado un papel importante ayudando a empresas y organizaciones a implementar soluciones de carga fiables, garantizando que la transición al transporte eléctrico esté respaldada por una infraestructura accesible y bien gestionada.

El cambio es evidente: la movilidad eléctrica ha trascendido el segmento de los primeros usuarios y se ha consolidado como una opción generalizada. Este artículo analiza cómo las políticas gubernamentales, la infraestructura, las actitudes de los consumidores, las tendencias de la industria manufacturera y la innovación en baterías están configurando el futuro eléctrico del Reino Unido y qué nos depara el camino hacia 2035.

1. Poder político: Cómo la estrategia gubernamental impulsa el crecimiento de los vehículos eléctricos

La política gubernamental sigue siendo uno de los factores más importantes para la adopción de vehículos eléctricos.

En 2025, el Reino Unido reinstauró ciertas subvenciones para coches eléctricos, reduciendo los costes iniciales para los compradores. Esto se complementó con una inversión de 63 millones de libras para ampliar la infraestructura de recarga y reforzar la distribución local. El gobierno también reafirmó su prohibición de la venta de vehículos nuevos de gasolina y diésel para 2035, enviando así una clara señal a largo plazo tanto a fabricantes como a consumidores.

Según la normativa sobre vehículos de cero emisiones, los fabricantes de automóviles deben garantizar que una proporción cada vez mayor de sus ventas anuales sean de vehículos totalmente eléctricos. El incumplimiento de estas cuotas puede acarrear sanciones económicas o la compra de créditos a fabricantes que sí cumplan con la normativa.

El apoyo también se extiende a las autoridades locales. Programas de financiación como el Fondo Local para Infraestructura de Vehículos Eléctricos y el Fondo de Carga Rápida están ayudando a los ayuntamientos a instalar puntos de recarga y modernizar las redes eléctricas en todo el país. Las empresas aún pueden solicitar subvenciones para la instalación de puntos de recarga en el lugar de trabajo hasta marzo de 2026, fecha en la que se prevé que finalice la financiación.

En conjunto, estas medidas no solo fomentan las ventas, sino que sientan las bases para una red nacional de transporte eléctrico.

2. Revolución de la infraestructura: Construyendo una red que funcione

Una red de recarga a nivel nacional es esencial para el éxito continuo de la movilidad eléctrica. Sin ella, la confianza flaquea y el progreso se ralentiza.

A finales de 2025, el Reino Unido había instalado más de 86 000 puntos de recarga públicos, lo que representa un aumento del 22 % en tan solo un año. De estos, más de 9000 son cargadores ultrarrápidos capaces de recargar la batería en minutos, un 51 % más que el año anterior. El número de puntos de recarga ha crecido más del 400 % desde 2020.

La ambición es aún mayor. Las proyecciones del gobierno prevén 300.000 puntos de recarga públicos para 2030 y hasta 800.000 para 2040. Sin embargo, el progreso aún no alcanza estos objetivos y algunas regiones rurales o económicamente más débiles siguen estando desatendidas.

La inversión privada está entrando en escena para cubrir esta necesidad, con nuevas redes que desarrollan centros de recarga de alta capacidad, estaciones de carga alimentadas con energías renovables y sistemas de gestión de carga más inteligentes. Estas innovaciones están contribuyendo a mejorar la fiabilidad, estandarizar los sistemas de pago e integrar la tecnología de redes inteligentes para evitar cuellos de botella energéticos.

A medida que la red crece, el enfoque está cambiando: ya no se trata simplemente de instalar cargadores, sino de optimizar cómo las personas los utilizan.

3. El cambio en el comportamiento del consumidor: ¿Por qué los conductores se están pasando a los vehículos eléctricos?

Detrás de cada estadística hay un cambio de mentalidad. Los conductores británicos están cada vez más abiertos a los vehículos eléctricos, impulsados ​​por la promesa de menores costes de funcionamiento, beneficios medioambientales y mayor comodidad.

Uno de cada cinco vehículos eléctricos nuevos cuesta ahora menos que un coche de gasolina o diésel medio, aunque el precio medio general sigue siendo más elevado, en torno a las 49 000 libras esterlinas frente a las 34 000 de un modelo convencional. La ansiedad por la autonomía está disminuyendo progresivamente a medida que se amplía la infraestructura de recarga y mejora la tecnología, si bien el coste y la accesibilidad siguen influyendo en la mayoría de las decisiones de compra.

En 2024, los vehículos eléctricos representaron casi el 20 % de todas las ventas de coches nuevos, cifra que este año ascendió a cerca del 22 %. Sin embargo, el índice nacional de preparación del Reino Unido aún se sitúa por debajo de cincuenta sobre cien, lo que refleja la preocupación constante por la infraestructura y la asequibilidad.

Para las empresas, la transición ya está en marcha. La electrificación de las flotas, impulsada por ventajas fiscales y opciones de leasing, está convirtiendo el transporte eléctrico en una opción viable para los vehículos de empresa. A medida que más personas utilicen vehículos eléctricos en el trabajo, se espera que su adopción en el sector privado se extienda.

El recorrido del consumidor está evolucionando desde la curiosidad a la confianza, y cada vez más al compromiso.

4. Impulso manufacturero: El papel de Gran Bretaña en la carrera mundial por los vehículos eléctricos

El cambio hacia los vehículos eléctricos no solo está cambiando lo que conducen los británicos; también está redefiniendo lo que produce el país.

La Estrategia de Baterías del Reino Unido establece un ambicioso plan para desarrollar una cadena de suministro nacional de baterías y materiales críticos, reduciendo la dependencia de las importaciones y creando nuevas oportunidades para la innovación. La inversión en gigafábricas y centros de fabricación relacionados está impulsando la producción de vehículos y promoviendo la investigación en almacenamiento de energía sostenible.

Muchos fabricantes están ampliando sus operaciones eléctricas y centros de investigación en el Reino Unido, centrándose en la ingeniería de alto valor y la producción sostenible. Si bien la competencia de los mercados internacionales sigue siendo fuerte, las fortalezas del Reino Unido radican en el diseño avanzado, la experiencia técnica y una regulación estable.

El reto ahora consiste en escalar de forma eficiente y posicionar al Reino Unido como un centro competitivo de innovación, diseño y exportación en la próxima década.

5. La economía de las baterías: impulsando el crecimiento y la sostenibilidad

Si la industria del vehículo eléctrico es el motor del progreso, las baterías son su corazón. Su desarrollo determinará no solo el ritmo de adopción, sino también la sostenibilidad ambiental de toda la industria.

La normativa británica vigente exige a los fabricantes recuperar al menos la mitad de los materiales de las baterías para 2025, porcentaje que aumentará al 70 % para 2030. Asimismo, deben recoger y reciclar las baterías al final de su vida útil sin coste alguno para los consumidores. Esto está impulsando el crecimiento del reciclaje, la reutilización y las aplicaciones de segunda vida, incluyendo la reconversión de baterías usadas para el almacenamiento de energía.

La financiación pública y la investigación privada están acelerando los avances en la química de las baterías, mejorando su rendimiento y reduciendo la dependencia de minerales escasos como el litio, el cobalto y el níquel. El objetivo es cerrar el ciclo entre la producción y la recuperación, creando una economía de baterías verdaderamente circular que respalde la sostenibilidad a largo plazo.

6. Retos futuros: Infraestructura, asequibilidad y demanda energética

A pesar de los impresionantes avances, el camino hacia la electrificación total aún enfrenta obstáculos.

La red eléctrica nacional debe adaptarse para satisfacer la creciente demanda de hogares, flotas de vehículos y estaciones de carga. La carga inteligente y la integración de energías renovables son esenciales para mantener la estabilidad y prevenir sobrecargas localizadas. Mientras tanto, la distribución desigual de cargadores públicos corre el riesgo de generar una disparidad de precios para los propietarios de vehículos eléctricos según su zona de residencia.

El costo sigue siendo otro obstáculo. Si bien los precios están bajando, las baterías aún representan una gran parte del costo del vehículo, y la preocupación por la depreciación puede disuadir a algunos compradores. Para alcanzar los objetivos de 2030, las tasas de instalación también deben aumentar significativamente, ya que el ritmo de crecimiento actual no será suficiente para satisfacer la demanda.

Por último, es fundamental garantizar la interoperabilidad y una experiencia de usuario coherente en las distintas redes de carga. Las normas y la regulación deberán evolucionar al mismo ritmo que la tecnología para garantizar la fiabilidad y la comodidad.

Para que el mercado de vehículos eléctricos mantenga su rumbo, la infraestructura, la asequibilidad y la accesibilidad deben avanzar conjuntamente.

7. ¿Qué sigue?: Predicciones para la próxima década

De cara al futuro, el mercado de vehículos eléctricos del Reino Unido parece estar preparado para otra oleada de expansión.

Los analistas prevén la venta de alrededor de 440.000 vehículos eléctricos nuevos en 2025, cifra que aumentará progresivamente hasta 2030 a medida que lleguen al mercado modelos más asequibles. Una vez que los vehículos eléctricos representen aproximadamente un tercio de todas las matriculaciones nuevas, su adopción podría acelerarse de forma natural a medida que mejore la infraestructura y se expanda el mercado de vehículos eléctricos usados.

Las tecnologías emergentes también desempeñarán un papel fundamental. Los sistemas de vehículo a red podrían permitir pronto que los vehículos eléctricos apoyen la red eléctrica nacional durante los períodos de alta demanda, mientras que los avances en baterías de estado sólido y carga ultrarrápida prometen una mayor vida útil y tiempos de carga más cortos.

Para principios de la década de 2030, los modelos de transporte compartido y autónomo podrían fusionarse con la electrificación, transformando por completo la forma en que las personas conciben la propiedad de vehículos.

Si las políticas, la innovación y la inversión se mantienen alineadas, el Reino Unido podría consolidarse como líder mundial en movilidad sostenible.

Conclusión – El camino hacia 2035

La transición del Reino Unido hacia un futuro eléctrico está en marcha. Con más de 1,7 millones de vehículos eléctricos ya circulando y una adopción que se acelera cada año, las bases para un cambio a largo plazo están firmemente asentadas. Sin embargo, la transición no se trata solo de reemplazar los motores de combustión por baterías; se trata de transformar la forma en que el país se mueve, se abastece de energía y se conecta.

El éxito dependerá de la colaboración continua entre los responsables políticos, los fabricantes, los consumidores y los proveedores de infraestructuras como Electrassure, cuya experiencia en soluciones de recarga ayuda a cerrar la brecha entre la ambición y la accesibilidad. En conjunto, estos esfuerzos determinarán si el Reino Unido no solo cumple sus objetivos para 2035, sino que también establece un nuevo referente mundial en transporte sostenible.

Por ahora, una cosa es segura: el camino por delante es eléctrico, y el viaje no ha hecho más que empezar.

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