
Costa de Marfil se está consolidando como líder en la transición hacia los vehículos eléctricos (VE) en África Occidental, impulsada por políticas ambiciosas, un sector eléctrico sólido y la innovación del sector privado. Este informe analiza las políticas nacionales, el tamaño del mercado, el estado de desarrollo, las oportunidades y los desafíos de las estaciones de carga para VE en Costa de Marfil dentro de un marco estructurado. Las políticas nacionales, que incluyen exenciones fiscales y el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2021-2025, tienen como objetivo electrificar el 10 % del parque automotor para 2030, con el apoyo de la expansión de las energías renovables. Se prevé que el mercado de VE, aunque incipiente, crezca de 60 millones de dólares en 2025 a 300 millones de dólares en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 38,0 %, lo que impulsará la demanda de infraestructura de carga. El desarrollo avanza con alrededor de 30 estaciones de carga públicas, lideradas por iniciativas privadas como los cargadores solares de Pétro Ivoire. Entre las oportunidades se incluyen el aprovechamiento del índice de electrificación del 94 % de Costa de Marfil, los corredores comerciales regionales y los modelos de intercambio de baterías, si bien persisten desafíos como los elevados costes de la electricidad, las deficiencias normativas y la falta de concienciación del consumidor. Las recomendaciones estratégicas se centran en acelerar el despliegue de infraestructuras, finalizar la normativa e integrar las energías renovables para consolidar el liderazgo de Costa de Marfil en movilidad sostenible.
Las políticas nacionales de Costa de Marfil para la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos son progresistas y aprovechan los incentivos fiscales, los programas de energías renovables y el Plan Nacional de Desarrollo 2021-2025 para impulsar la adopción de vehículos eléctricos. Sin embargo, los marcos regulatorios y las limitaciones fiscales requieren mayor desarrollo para garantizar su escalabilidad.
El marco político de Costa de Marfil se alinea con su compromiso con el desarrollo sostenible y el liderazgo energético regional, respaldado por un sector eléctrico privatizado y alianzas internacionales. Los elementos clave de esta política incluyen:
El gobierno ofrece exenciones totales de aranceles aduaneros y un IVA reducido para los vehículos eléctricos, lo que disminuye los costos de adquisición y estimula la demanda. Estas medidas, introducidas en el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2021-2025, son similares a las exenciones fiscales de Marruecos que han impulsado la adopción de vehículos eléctricos.
El Ministerio de Transportes está estudiando subvenciones para la instalación de estaciones de carga, dirigidas a operadores privados como Pétro Ivoire, de forma similar al modelo austriaco de hasta 32.320 dólares para cargadores de CC.
El Plan Nacional de Desarrollo 2021-2025 tiene como objetivo la electrificación del 10 % del parque automotor para 2030, con planes para desplegar infraestructura de carga a lo largo de los ejes norte-sur y este-oeste para facilitar los viajes interurbanos. Esto se alinea con estrategias regionales como la Política de Movilidad Eléctrica de Kenia.
El plan hace hincapié en la electrificación de las flotas públicas y corporativas, con iniciativas como la de Pétro Ivoire, que se centra en las flotas corporativas y se basa en el modelo de flota pública de Uruguay para generar confianza en los consumidores.
La tasa de electrificación del 94% de Costa de Marfil, lograda mediante la privatización e inversiones como la ampliación de la central térmica de Azito, sienta una base sólida para la recarga de vehículos eléctricos. El país aspira a alcanzar el 42% de energía renovable para 2035, con proyectos como la Iniciativa Solar de Ampliación de 60 MW que impulsan la creación de centros de recarga ecológica.
El Ministerio de Energía y CI-Energies promueven soluciones de redes inteligentes, como los sistemas vehículo-red (V2G), para optimizar el uso de la red, aunque su implementación está en sus inicios.
La falta de estándares definitivos para la infraestructura de carga, como los tipos de conectores (p. ej., CCS2, CHAdeMO) o los protocolos de interoperabilidad como OCPP, genera incertidumbre entre los inversores. Esto refleja los problemas en Angola, donde la fragmentación regulatoria dificulta el progreso.
Las influencias neocoloniales, con empresas extranjeras que dominan el sector energético, pueden priorizar los intereses internacionales sobre el desarrollo nacional, lo que complica la aplicación de las políticas.
El mercado de vehículos eléctricos de Costa de Marfil es pequeño pero de rápido crecimiento, y se prevé que aumente de 60 millones de dólares en 2025 a 300 millones de dólares en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 38,0 %, lo que impulsará la demanda de infraestructura de recarga. El mercado de estaciones de recarga, aunque limitado, está preparado para expandirse y dar soporte a este crecimiento.
Se estima que el mercado de vehículos eléctricos de Costa de Marfil alcanzará los 1200 vehículos en 2025, principalmente motocicletas, mototaxis y flotas corporativas en Abiyán. Para 2030, se prevé que esta cifra llegue a los 12 000 vehículos, impulsada por incentivos fiscales y el aumento del precio del combustible. La tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 38,0 % supera la media mundial, lo que refleja el potencial de la región.
Este crecimiento se alinea con las tendencias del África subsahariana (SSA), donde la adopción de vehículos eléctricos se está acelerando, aunque Costa de Marfil se encuentra por detrás de Sudáfrica, que cuenta con 1,8 cargadores por cada 10 vehículos eléctricos.
En 2025, Costa de Marfil contaba con aproximadamente 30 estaciones de carga públicas, destacando los cargadores solares de Pétro Ivoire en Abiyán y Bouaké. Los planes de expansión a nivel nacional apuntan a una proporción de 10 vehículos eléctricos por cargador para 2030.
Se prevé que el mercado mundial de recarga de vehículos eléctricos, que pasará de 30.630 millones de dólares en 2025 a 257.330 millones de dólares en 2032 a una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 35,5%, sirva de referencia para el potencial de Costa de Marfil.
En comparación con los 300 cargadores de Marruecos o los 20 de Kenia, la infraestructura de Costa de Marfil es limitada, pero crece más rápido que la inexistente red de Angola.
La atención que se presta a las flotas corporativas y a los vehículos de dos ruedas, como se observa en el mercado de matatus de Kenia, sugiere un nicho de mercado para soluciones de carga específicas.
La infraestructura de recarga de vehículos eléctricos de Costa de Marfil está en sus inicios, con alrededor de 30 estaciones de recarga públicas concentradas en Abiyán y Bouaké, impulsadas por iniciativas privadas como Pétro Ivoire. La fiabilidad de la red eléctrica y los proyectos de energías renovables favorecen el progreso, pero su despliegue centrado en las zonas urbanas limita la escalabilidad.
Costa de Marfil cuenta con aproximadamente 30 estaciones de carga públicas, principalmente cargadores solares de Nivel 2 en Abiyán (por ejemplo, Yopougon Gandhi) y una en Bouaké, operada por Petróleo de Marfil. Estas dan servicio a flotas corporativas y motocicletas, pero son insuficientes para una adopción generalizada.
La infraestructura admite una pequeña flota de vehículos eléctricos, con tiempos de carga de 4 a 6 horas para vehículos ligeros, lo que agrava la ansiedad por la autonomía en los viajes interurbanos.
Pétro Ivoire lidera el sector de los cargadores solares y colabora con fabricantes locales de baterías y equipos, reduciendo así su dependencia de las importaciones. Esto refleja las alianzas de Sudáfrica con Audi y Grid Cars.
El apoyo internacional, como la inversión de 400 millones de dólares de la IFC en las plantas de Azito y CIPREL, fortalece el sector eléctrico, apoyando indirectamente la infraestructura de recarga.
La tasa de electrificación de Costa de Marfil del 94 % y su capacidad instalada de 2230 MW, con un objetivo de que el 42 % de las energías sean renovables para 2035, permiten una carga sostenible. La Iniciativa de Ampliación Solar de 60 MW apoya la instalación de cargadores en el mismo lugar, como se observa en el modelo geotérmico de Kenia.
Los proyectos piloto de carga inteligente, apoyados por CI-Energies, tienen como objetivo optimizar el uso de la red eléctrica, aunque se necesitan mejoras en la red para hacer frente a la demanda de vehículos eléctricos.
La red, si bien robusta, enfrenta desafíos relacionados con la demanda máxima, dado que el 10 % de la generación se exporta a nivel regional. La falta de coordinación en la carga podría sobrecargar el sistema, como señaló la AIE.
La falta de conectores estandarizados conlleva el riesgo de problemas de compatibilidad, similares a los desafíos que plantea el sistema CHAdeMO en Japón.
El mercado de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos de Costa de Marfil ofrece importantes oportunidades, impulsadas por su alta tasa de electrificación, la innovación del sector privado y los corredores comerciales regionales. Los modelos de intercambio de baterías y la integración de energías renovables pueden acelerar su adopción.
Los proyectos de electrificación y energías renovables de Costa de Marfil, que alcanzan el 94%, como la planta de biomasa de Ayébo de 46 MW, fomentan la creación de puntos de recarga ecológicos. La ubicación conjunta de los puntos de recarga con proyectos solares o de biomasa reduce los costes, como en el modelo chino de BYD.
Los sistemas de carga inteligente y V2G, como los de la norma europea ISO 15118-20, pueden optimizar el uso de la red y crear flujos de ingresos.
Las iniciativas de Petróleo de Marfil y los proyectos respaldados por la IFC demuestran el potencial del sector privado. Las alianzas con empresas globales como ABB, como en Marruecos, pueden aportar experiencia y financiación.
La iniciativa Scaling Solar del Banco Mundial y las mejoras de la red eléctrica de CI-Energies pueden respaldar proyectos piloto de recarga, siguiendo el modelo de Kenia impulsado por la ayuda.
La autopista Abidjan-Lagos, un proyecto de 1.028 km que conecta Costa de Marfil con Nigeria, apoya los corredores de carga para vehículos logísticos, mejorando la conectividad regional.
La demanda de vehículos eléctricos de dos y tres ruedas, como se observa en Kenia, ofrece un nicho de mercado para los centros de recarga urbanos en Abidjan.
Las estaciones de intercambio de baterías, que han tenido éxito en China donde el 50% de los camiones pesados utilizan este modelo, podrían adaptarse al mercado de vehículos de dos ruedas de Costa de Marfil, reduciendo los tiempos de carga a 3-5 minutos.
Modelos como el Ampersand de Ruanda, con 37.000 intercambios mensuales, proporcionan un marco replicable para Abidjan.
La infraestructura de recarga de vehículos eléctricos de Costa de Marfil se enfrenta a diversos desafíos, como los elevados costes de la electricidad, la infraestructura limitada, las deficiencias normativas y el escaso conocimiento por parte de los consumidores. Se necesitan esfuerzos coordinados para garantizar su escalabilidad y adopción.
Las elevadas tarifas eléctricas, con un promedio de 0,15 USD/kWh, desalientan la adopción de vehículos eléctricos a pesar de una capacidad de 2230 MW. Esto refleja las barreras relacionadas con los costos que enfrenta el África subsahariana, como se señala en estudios de ScienceDirect.
La fijación de precios competitivos, tal como se propone en la Política de Movilidad Eléctrica de Kenia, es fundamental para reducir costes e impulsar la demanda.
Con tan solo 30 puntos de recarga, principalmente en Abiyán, la infraestructura es insuficiente para los viajes interurbanos, lo que agrava la ansiedad por la autonomía. La AIE señala esto como una barrera global.
Las zonas rurales carecen de puntos de recarga, lo que exige planes de expansión como la estrategia marroquí centrada en las autopistas.
La ausencia de conectores estandarizados y protocolos de interoperabilidad, como OCPP, conlleva el riesgo de problemas de compatibilidad, como se ha visto en Latinoamérica.
Las influencias neocoloniales, con empresas extranjeras que dominan el sector energético, pueden priorizar los intereses externos, lo que complica el desarrollo nacional.
El escaso conocimiento de las ventajas de los vehículos eléctricos y los elevados costes iniciales frenan su adopción, como se observa en el África subsahariana. La ansiedad por la autonomía, señalada por PwC, se ve agravada por la escasa infraestructura.
La educación pública, tal como se implementa en Kenia, es fundamental para generar confianza en el consumidor.
El programa acelerado del Plan Nacional de Desarrollo (NDP, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo desplegar 500 cargadores para 2028, priorizando las autopistas y los centros urbanos como Abiyán y Bouaké. Se centra en cargadores rápidos, como en el programa NEVI de EE. UU.
Se están desarrollando estaciones piloto de intercambio de baterías para vehículos de dos ruedas, inspiradas en el modelo chino, para reducir los tiempos de carga.
Adoptar estándares globales como OCPP e ISO 15118 para la interoperabilidad y la seguridad, garantizando la compatibilidad entre los modelos de vehículos eléctricos.
Establecer tarifas eléctricas competitivas para la recarga de vehículos eléctricos, aprovechando a CI-Energies para subvencionar los costes, como en Kenia.
Ampliar las alianzas de Petróleo de Marfil con empresas globales como ABB, ofreciendo incentivos fiscales para compensar los costos, como en Austria. Recurrir a la IFC y al Banco Mundial para obtener financiamiento, siguiendo el modelo de Marruecos.
Aprovechar la autopista Abidjan-Lagos para desarrollar corredores de recarga, mejorando así el comercio regional.
Lanza campañas utilizando plataformas como Electromaps para destacar la ubicación de los puntos de recarga y las ventajas de los vehículos eléctricos. Reduce la ansiedad por la autonomía mediante pruebas de conducción, como en Kenia.
Introducir modelos de arrendamiento para reducir los costes iniciales de los vehículos eléctricos, aprovechando los incentivos de China.
Ubicar los cargadores junto a proyectos solares y de biomasa como Ayébo, utilizando almacenamiento en baterías para gestionar los picos de demanda, como en el modelo BYD de China.
Implementar sistemas V2G piloto para proporcionar servicios de red, mejorando la viabilidad económica, como en Europa.
Costa de Marfil está preparada para liderar la transición hacia la electromovilidad en África Occidental, gracias a políticas progresistas, un sector eléctrico sólido e innovación del sector privado. El crecimiento proyectado del mercado de vehículos eléctricos hasta alcanzar los 300 millones de dólares en 2030 y los planes para la expansión de la red de recarga a nivel nacional reflejan ambición, pero los elevados costos de la electricidad, la infraestructura limitada y las deficiencias regulatorias plantean desafíos. Aprovechando su tasa de electrificación del 94%, los proyectos de energía renovable e innovaciones como el intercambio de baterías, Costa de Marfil puede construir un ecosistema de recarga sostenible, fortaleciendo su papel como centro energético regional y contribuyendo a los objetivos climáticos globales.
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