
El mercado argelino de infraestructura de recarga para vehículos eléctricos (VE) está superando su fase inicial, impulsado por iniciativas estatales y ambiciones exportadoras, aunque limitado por obstáculos económicos y de infraestructura. A mediados de 2025, el país contaba con aproximadamente 900 estaciones de recarga públicas, con el objetivo de alcanzar las 1.000 a finales de año y las 30.000 unidades domésticas para 2030, en línea con un crecimiento proyectado del valor de mercado de 5 millones de USD en 2025 a más de 50 millones de USD en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) superior al 35%. Esta expansión se ve impulsada por subsidios gubernamentales, como incentivos de compra del 20% y una reducción del IVA en los cargadores, lo que refleja una estrategia más amplia de diversificación energética ante la dependencia de los hidrocarburos. Los segmentos de clientes están dominados por empresas de servicios públicos como Sonelgaz, que priorizan las soluciones integradas a la red, mientras que los operadores y las flotas buscan sistemas de alta potencia y bajo costo para abordar los desafíos de utilización.
El potencial solar de Argelia ofrece oportunidades. —evidenciado por 3 GW de proyectos contratados —Los éxitos exportadores a Italia y Libia podrían posicionar al país como un centro manufacturero regional con una reducción de costos del 40 % gracias a la localización. Sin embargo, desafíos como los combustibles fósiles subvencionados, el escaso conocimiento del consumidor y las limitaciones de la red eléctrica podrían frenar su adopción, con el riesgo de que la tasa de subutilización sea inferior al 20 %. Los análisis de políticas de la AIE y los informes locales subrayan que el éxito de Argelia depende de la integración de las energías renovables con las redes de recarga para fomentar la resiliencia y, en última instancia, transformar las emisiones del transporte. —Actualmente el 15% del total nacional —sobre las oportunidades de crecimiento verde y creación de empleo en una economía post-petróleo.
Argelia, el país más poblado de África, con más de 45 millones de habitantes, se encuentra en una encrucijada entre la abundancia energética y las exigencias de la transición, donde vastas reservas de hidrocarburos coexisten con un potencial renovable sin explotar. El sector del transporte, dependiente de combustibles subvencionados, contribuye significativamente a la contaminación urbana y a las importaciones de energía, lo que impulsa un cambio estratégico hacia la movilidad eléctrica como herramienta para la diversificación y la resiliencia climática. A partir de los planes energéticos nacionales y referencias internacionales como el informe Perspectivas Globales de los Vehículos Eléctricos 2025 de la AIE, este informe analiza la dinámica del mercado de la recarga de vehículos eléctricos, revelando una trayectoria marcada por la intervención estatal y la manufactura orientada a la exportación.
En esencia, el enfoque de Argelia refleja los arquetipos de los mercados emergentes: aprovecha los servicios públicos para el despliegue de infraestructura y aborda las barreras de asequibilidad mediante incentivos, aunque debe sortear la arraigada dependencia de los combustibles fósiles para evitar perpetuarla. Al examinar la situación actual, las políticas, los perfiles de los clientes y las oportunidades/desafíos, este análisis plantea que los modelos híbridos de energía solar y vehículos eléctricos podrían generar un aumento de la eficiencia del 30 %, lo que posicionaría a Argelia como un ejemplo a seguir en el norte de África en ecosistemas de transporte sostenible alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
La infraestructura de recarga de vehículos eléctricos de Argelia se encuentra en una fase de desarrollo acelerado, con Sonelgaz —la empresa de servicios públicos estatal —Liderando el despliegue de 900 estaciones para febrero de 2025, principalmente en centros urbanos como Argel y Orán, lo que supone un incremento del 300 % con respecto a los niveles de 2023. Esto respalda una incipiente flota de vehículos eléctricos de menos de 1000 unidades, cuyas ventas se proyectan con un crecimiento anual del 50 % hasta 2030, impulsadas por las importaciones procedentes de China y las iniciativas de ensamblaje local. Los cargadores de CC de alta potencia (60-322 kW) predominan en las nuevas instalaciones, representando el 40 % de la red, lo que refleja un enfoque en la carga rápida para su viabilidad comercial, mientras que las unidades domésticas de CA reciben subvenciones para fomentar su adopción por parte del sector privado.
Según las previsiones de mercado de 6Wresearch, el mercado alcanzará una valoración de 10 millones de dólares en 2025. Los cargadores a bordo están ganando terreno ante el aumento de las importaciones de vehículos eléctricos, aunque su utilización sigue siendo baja, entre el 15 % y el 20 %, debido a la escasa cobertura. —El 80% se concentra en las regiones costeras —y la ansiedad por la falta de espacio en vastas extensiones rurales. La capacidad exportadora, ejemplificada por los envíos de SAIEG a Italia y Libia, subraya la madurez de su sector manufacturero, con capacidades de producción que se expanden para cumplir con los estándares internacionales y que potencialmente captan el 10 % de la demanda regional. Una perspectiva más profunda surge de las comparaciones regionales: la integración híbrida de Argelia con la energía solar. —aprovechando 3 GW de nuevos proyectos —Ofrece una vía hacia la resiliencia fuera de la red, a diferencia de los modelos dependientes de la red eléctrica que se encuentran en otros lugares, pero requiere estrategias de ubicación optimizadas para equilibrar la densidad urbana y los corredores de autopistas.
Esta situación refleja un mercado en transición: de la dependencia de las importaciones a la producción local, con proyectos piloto como la recarga pública gratuita que fomentan la adopción temprana, pero la escalabilidad depende de abordar las desigualdades espaciales para alcanzar el objetivo de 30.000 estaciones nacionales para 2030. En última instancia, la evolución de la infraestructura de Argelia señala el potencial para dar un salto cualitativo a través de sinergias renovables, pero las deficiencias actuales amenazan con socavar la penetración de los vehículos eléctricos por debajo del 1% del mercado automovilístico a menos que se impulse con expansiones basadas en datos.
El marco político argelino para la recarga de vehículos eléctricos prioriza los incentivos fiscales y la infraestructura necesaria para impulsar su adopción y reducir la dependencia del petróleo. El Proyecto de Ley de Finanzas de 2025 amplía las subvenciones del 20 % a la compra de vehículos eléctricos y reduce el IVA al 7 % para los cargadores, complementado con ayudas para la instalación en el hogar, con el objetivo de reducir las barreras en un mercado donde los vehículos eléctricos cuestan un 30 % más que los convencionales. El compromiso de Sonelgaz de instalar 1000 estaciones para 2025, con carga inicial gratuita, refleja un enfoque de bien público, al tiempo que se aplican subvenciones al precio de la electricidad para dichas estaciones. —potencialmente reduciendo los costos a la mitad —alinearse con las estrategias de eficiencia energética.
Basándose en los estudios de políticas de la AIE, estas medidas fomentan la localización, como se observa en la producción de SAIEG orientada a la exportación y sujeta a estándares regulatorios, que podría generar 5000 empleos para 2030 mediante incentivos a la cadena de valor. Las empresas conjuntas, como la alianza ítalo-argelina para la fabricación de cargadores, ponen de relieve la importancia de la colaboración internacional, garantizando la transferencia de tecnología y el cumplimiento de las normas globales. Un aspecto fundamental es la tensión entre las subvenciones a los combustibles fósiles. —Distorsionando la economía de los vehículos eléctricos —y las políticas verdes; reformar estas podría desbloquear un aumento del 50% en su adopción, según los modelos del Banco Mundial, pero requiere una implementación gradual para mitigar los impactos sociales.
La evolución regulatoria incluye objetivos para la instalación de 100.000 estaciones de carga que den soporte a 1,2 millones de vehículos eléctricos para 2030, integrados con mandatos de energías renovables como 22 GW de energía solar y eólica, haciendo hincapié en la interoperabilidad y las normas de seguridad. En general, las políticas de Argelia reflejan un compromiso con la soberanía energética, pero su eficacia exige la armonización con marcos regionales, como las interconexiones del Magreb, para ampliar la escala y la resiliencia.
Los clientes de recarga de vehículos eléctricos en Argelia presentan un perfil centrado en el Estado, con segmentos que se adaptan al crecimiento impulsado por las políticas y a las realidades económicas. El gobierno y las empresas de servicios públicos, que controlan el 50 % del mercado, se caracterizan por una supervisión burocrática y ambiciones a escala nacional. Sonelgaz requiere sistemas resilientes de alta capacidad (60-322 kW) que cumplan con los estándares de exportación y que cuenten con herramientas de integración a la red para gestionar los picos de demanda ante los excedentes de energía solar. Sus necesidades se centran en la electricidad subvencionada y el análisis de datos para la optimización de la red, abordando la intermitencia en una red dependiente de los hidrocarburos.
Los operadores de estaciones de carga y las empresas energéticas (25%), a menudo vinculadas al Estado, como SAIEG, demuestran una gran agilidad orientada a la exportación y una alta tolerancia al gasto de capital. Demandan cargadores rápidos modulares de CC para su despliegue urbano, incorporando mantenimiento predictivo para lograr un tiempo de actividad del 95% y monetizar mediante precios dinámicos en modelos desregulados. Entre sus necesidades se incluyen financiación para la localización y características solares híbridas para reducir los costes en un 30%, gestionando la baja utilización mediante alianzas.
Los sectores inmobiliario comercial y minorista (10%) priorizan la captación de clientes en centros comerciales y hoteles, caracterizados por limitaciones de espacio; buscan sistemas de aire acondicionado de nivel 2 con pagos mediante aplicación, haciendo hincapié en la estética y la interoperabilidad para aumentar la afluencia de público en un 15% ante el creciente interés por los vehículos eléctricos. También buscan incentivos para las instalaciones in situ, mitigando las altas tarifas mediante diseños energéticamente eficientes.
Las flotas y empresas (10%), incluidas las de logística y transporte público, se caracterizan por su alta intensidad operativa; requieren estaciones de carga rápida para minimizar el tiempo de inactividad en un 50%, con software para la optimización de rutas en terrenos extensos, impulsado por el ahorro en costes de combustible. Los instaladores e integradores de sistemas (5%), pymes locales, se centran en la experiencia en despliegue; necesitan kits estandarizados y formación para implementaciones rápidas, reduciendo costes mediante la optimización de la capacidad contractual.
De los informes regionales se desprende una conclusión común: la asequibilidad es el factor determinante, ya que los sistemas híbridos solares cubren el 60 % de las necesidades, pero la falta de mano de obra cualificada exige el fortalecimiento de capacidades para crear cadenas de valor inclusivas. Esta segmentación pone de relieve la interdependencia, donde el liderazgo público puede impulsar la innovación privada.
El mercado de recarga de vehículos eléctricos de Argelia ofrece oportunidades en sinergias con energías renovables y exportaciones, aunque limitadas por barreras sistémicas. Estas oportunidades se ven potenciadas por la abundancia de energía solar, con proyectos de 3 GW que permiten la creación de estaciones híbridas que reducen los costes energéticos en un 40% y posicionan a Argelia como un centro neurálgico, con potencial para exportar a Europa y África, en el marco de las negociaciones. Las normativas de localización podrían generar 500.000 empleos, mientras que los incentivos para 30.000 unidades nacionales desbloquearán 100 millones de dólares en inversiones para 2030. Las interconexiones del Magreb mejoran la estabilidad, atrayendo inversión extranjera directa para redes inteligentes.
Entre los desafíos se incluyen los subsidios a los combustibles fósiles que distorsionan la economía, los elevados costos iniciales (50 000 USD por estación) y la incertidumbre sobre el alcance debido a las deficiencias en las zonas rurales, cuya adopción se ve obstaculizada por el escaso conocimiento y poder adquisitivo. El desarrollo insuficiente de la normativa y la fragilidad de la red eléctrica agravan los problemas, según análisis realizados en África. Una perspectiva equilibrada: la conversión de los subsidios en incentivos ecológicos podría mitigar los desafíos, transformándolos en catalizadores del crecimiento mediante políticas ágiles.
El mercado de recarga de vehículos eléctricos de Argelia requiere estrategias integradas que aprovechen el impulso político, se adapten a las necesidades del cliente y resuelvan la dualidad entre oportunidad y riesgo. Conclusiones claras: acelerar la adopción de vehículos híbridos solares para lograr resiliencia, reformar las subvenciones para alinear el desarrollo económico y fomentar ecosistemas para la localización. De este modo, Argelia podrá alcanzar los objetivos de 2030, impulsando la diversificación y el liderazgo regional en movilidad sostenible.




